30.4.06
Ahora me doy cuenta
(Es este texto de hace un tiempo como la rabieta de un niño que descubre lo obvio, que se caga en todo, y de manera exagerada e indiscriminada se abraza al escepticismo más absoluto, o a la negación absoluta de hallar verdad en el mundo de acontecimientos y devenir actual. Con una actitud difusa y generalista, pero que en su momento surgió así.
Escepticismo al poder, pero buscando sin cesar.)
Ahora me doy cuenta.
Todo es mentira. Todo en este mundo es mentira. Todo en esta marchita y corrupta civilización es mentira.
Estamos rodeados de mentiras. Vivimos inmersos en ellas.
Lo que no sé es cómo logran mantenerse en pie tanto tiempo tal cantidad de mentiras y tan grandes. Lo normal es que cayeran por su propio peso.
Hacemos la vista gorda. No nos interesa conocer la verdad.
Mirar la verdad de frente sería algo tan doloroso e insufrible que ya de entrada queda descartado.
La visión real de todo lo que está pasando, pasó y pasará, si seguimos este camino de mentiras despiadadas. Esa visión; nuestra peor pesadilla.
A veces nos persigue en sueños, detectamos como nos acecha y no queremos verla ni siquiera de reojo por nada del mundo. Pues todo nuestro aparato de lógica y todos los conceptos, creencias, afectos (ideas a cerca de cómo deben ser y son), etc. construidos durante años y durante siglos generación tras generación se derrumbarían en una estrepitosa caída de caos y desolación.
Ni las lágrimas más amargas del mundo, ni los quejidos más quejumbrosos y exhaladores de desaliento irredento lograrían calmar la terrible desazón e intranquilidad que provocaría.
Dicen que llorar es sano, que desahoga del dolor.
Es fuerte. Todo lo que nos han contado desde niños, incluso de adultos, desde siempre, es mentira.
Pensar que todo es mentira.
Todo en lo que siempre habíamos creído. Por lo que a veces habríamos dado la vida. Por lo que ciertas noches se nos quitaba el sueño y nos colmábamos de intranquilidad y preocupación.
Grandes falacias, nada que ver con la realidad. Nada más lejos.
Podríamos escribir un libro, de incontables volúmenes, llamado: Grandes Falacias de hoy (y ayer).
¿Y ahora te das cuenta? ¡Bah!
Etiquetas:
filosofía barata
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