17.8.06

Sensaciones ante el espectáculo mediático papal



Intento recordar aquellos días no lejanos en los que nuestra ciudad fue agraciada con la visita de la cabeza visible de la Iglesia católica, apostólica y romana, única portadora de la Verdad para el mundo. Visita que trajo avalanchas de fieles, que luego no alcanzaron ni por asomo las cifras estimadas y posibles que tiempo ha predecían organización y medios informativos (¡pero ha sido un éxito total!), contentos y deseosos de recibir las bendiciones del jefe de su secta, entonando cantos al amor y la paz, coreando originales pareados dedicados al Papa o simples y efectivos/afectivos: ¡viva el Papa!
He de reconocer que en esos días estuve encerrado en mi casa sin ganas de salir y que no me acerqué a ver el cotarro ni caminé por las calles céntricas plagadas de peregrinos a investigar o sentir por unas horas una ciudad totalmente diferente a la habitual en cuanto a paisaje humano. Sólo anduve a penas por mi zona y vi algunos peregrinos despistados o exploradores con sus vistosos atuendos y con caretos de guiri.
Todo lo que puedo decir a cerca de ese evento tan importante para Valencia, trampolín para ser mostrada al mundo, catapulta para el turismo y el creciemiento económico de en realidad cuatro gatos que ya están forrados, para la cristiandad y bueno, ¡qué coño! también para la humanidad, pues después de todo la Iglesia tiene la responsabilidad salvífica para con todos los seres humanos, Dios, qué tormento... pues a lo que iba, que todo lo que puedo decir del mismo es por lo que he podido ver en la tele, gracias a canal 9 (tv pública en un estado aconfesional) por las 22 horas ininterrumpidas de retransmisión de todos los lados de "Benet setze" y poses posibles, y las noticias leídas en internet o el periódico.
Entre todos los datos recogidos por mis cuencas oculares hay uno en especial que se me destaca y es el precio del altar-escenario, construido para la ocasión fugaz de los 2 días de celebración católica, que en un principio se decía que costaría 200.000 E y ha acabado por ascender la bromita a 600.000 E. Más de lo mismo: acertadas previsiones de presupuesto y que no escatiman a la hora del derroche más flagrante. Pero bueno, esto es mínimo en comparación con el coste que habrá supuesto el increible despliegue de medios técnicos y de seguridad. Qué diría Jesús el Nazareno si levantara la cabeza, cómo observaría todo esto 2000 años después...ver el espectáculo mediático, de masas, y de consumo en que se ha convertido el fruto de toda una vida de prédicas, coherencia, acciones y enseñanazas...de un loco revestido en harapos. Un fruto podrido...un fruto del que renegar, un fruto del que declarar que no es el esperado, ¡un fruto bastardo!
Enciendo la tele y comienza el espectáculo. Varias cámaras desde diferentes ángulos y perspectivas en un alarde de técnica, como reto para nuestra modesta cadena, siguen al papamóvil tras su llegada al aeropuerto camino de sus aposentos acondicionados para la ocasión o de alguna reunión oficial o recibimiento de altas autoridades. Todo me parece extraño, el papa desde su vehículo súper-blindado saluda mecánicamente y sin cesar a los fieles que se agolpan a las orillas de las carreteras y calles por las que pasa. Todos saludan efusivamente y esperan con emoción que al menos su mirada y saludo coincida con la suya por una milésima de segundo, como una bendición divina o algo que contar a las generaciones venideras emotivamente. Pugnan, esperan, por una mirada suya, oportunidad de recibir unas migajas de su Gracia por un momento. Aquí hasta donde puedo recordar pues ya pasaron varias semanas.
Otro retazo: el papa visita el 'palau de la Generalitat'. Según los informados comentaristas (entre ellos un rescatado de las ciénagas Urdaci) toda una muestra de salto del protocolo y la rutina habitual pues el papa no suele visitar instalaciones políticas. Parece que el papa se está soltando la coleta, vaya. Está hecho un rebelde.
Otra imagen: los saludos de los dirigentes políticos. Primero el presi ZP se conforma con un escueto y progre apretón de manos de tú a tú, mirando frente a frente a Su Santidad con su característica sonrisa. Por Dios, qué desfachatez, se trata de Su Excelencia, yo que sé, una reverencia, una genuflexión, un beso en la diestra, un lametón en el cipotín... Después el presidente de la comunidad, Camps, besa la mano y reverencia, luego la alcaldesa Rita besa la mano y ¡¡reverencia de la ostia!! rozando lo esperpéntico, jajaj, no puedo reirme más, casi toca el suelo con el cogote...
Al palacio de la Generalidat acude toda la familia real al completo, no falta ni la tía tercera, en tropel y sobrios, con buena presencia, se hacen la foto junto a Benedicto el cual hace gala de su dulzura con los niños dedicándoles caricias y abrazos a los peques de la realeza. Ahí se refleja la accesibilidad del papa, su humildad, su tendencia a la justicia y la igualdad...(me pregunto ¿cuántas familias católicas poseen esa accesibilidad y privilegios ante el papa?) respaldando un anacronismo, una estructura obsoleta como son las casas reales con sus privilegios adquiridos en épocas antediluvianas y por causa de la fuerza y el dominio.
No tengo sueño y enciendo la tele a las tantas de la madrugada, creo recordar en torno a las 4 o 5, y para mi sorpresa veo que el acto papal aun continúa y canal 9 hace horas extra. Parece que Benedicto ha sacrificado varias horas de sueño para proseguir. Familias típicamente cristianas, de las bendecidas por Dios, van pasando por el micrófono ante el papa contando sus experiencias de amor conyugal y filial, o de caridad para con un hijo enfermo del que se evitó su aborto. Nada que objetar, todas ellas se dirigen con gran respeto y loa hacia el susodicho, algunos dejan entrever un nerviosismo patente. Pura propaganda de la familia nuclear católica como célula social benefactora y mantenedora de una sociedad sana y estabilizada. Bueno, están en su acto y están en su derecho de hacer propaganda de lo suyo. ¿Pero por qué tenemos todos que pagarlo con nuestro dinero y comerlo con patatas?
Me llama la atención en especial un matrimonio, sólo habla el marido. El cual asegura hacia el final de su emotivo discurso que ama con toda su alma a su mujer y que es ese amor que le profesa el que da sentido a su exitencia o algo así por el estilo... pero en ningún momento mira a su esposa que está al lado a escasos centímetros, ni siquiera le da un beso como es de esperar ante tamañas y sentidas palabras, si no que en todo momento mira fijamente al papa (la mujer parece emocionada pero al mismo tiempo es ignorada ?¿?) y finalmente para más inri el hombre trás la reverencia al Santo Padre se marcha a paso decidido dejando atrás a la mujer, que le sigue desacompasada y torpemente. En resumen una imagen patética y totalmente contradictoria.
Al rato vuelvo a la tele y veo un espectáculo de danza oriental de una chicas orientales jovencitas que le están dedicando al papa. Muy típico de valencia. Cada vez es todo más surrealista. El papa parece observar desde su butaquita-butacón como un niño, entre rígido y alegre. Con esa expresividad oxidada por el paso de los siglos y el enclaustramiento en la meditación y el estudio de las escrituras, quien sabe. Acostumbrados a su mueca siniestra desde su elección, qué chungo, parece que ha estado ensayando ante el espejo para ser un papa lo suficientemente mediático.
Entonces en ese momento me doy cuenta, tonto de mi, que el espectáculo es en realidad doble, para los fieles por un lado y para el papa por el otro, para causarle agrado y buena impresión (triple: para los que lo vemos desde casa). En realidad hay dos escenarios, dos públicos enfrentados. Imagino al papa como al espectador infantil de todo ese espectáculo que le han preparado, desde su butaquita, con sus piececillos casi colgantes, ante una enorme pantalla panorámica formada de fieles, palcos vip, zonas plebeyas, luces, cámaras y despliegues varios que le deben tener absorto en un trance de megalomanía preguntándose: ¿todo esto por mí?
Después el papa-niño saca sus papelotes y anteojos y se pone a leer interesado al auditorio sus ideas, discursos, bla bla bla, supongo que todo lo que Dios espera de todos ellos como buenos hijos y bla bla bla y lo que debe ser un matrimonio y los problemas más acuciantes de las sociedades mundiales. Explotación humana y medioambiental, reparto desigual de los recursos, calentamiento global, paro, guerras, la hostilidad y competitividad de las actuales sociedades siguiendo las directrices del dios-mercado...upss, perdón me equivoqué de jornadas, quise decir: aborto, matrimonio como dios manda, receso de la fe, decadencia del rezo del rosario, falta de vocaciones sacerdotales, peligroso avance de la laxitud y relativismo moral...
Me soprende sobremanera como el público a altas horas de la madrugada sigue jaleando a S.S. con vivas-el-papa. En serio, esta gente está de psiquiatra. Cualquier persona que esté fuera de esas movidas y observe un poco desde fuera el acto, en serio, debe de flipar y pensar que esa gente no está bien de la cabeza. Que sólo es un puto ser humano como nosotros que suda, caga y mea, se tira cuescos y puede que incluso huela a pipí como algunos viejos (aunque su asistente personal espolvoree su pija con polvos de talco de exquisito aroma y finísima textura), no un semidiós. Jefe de una macro-estructura innecesaria para el seguimiento de esa filosofía. Contradictoria, dogmática pero que quiere ir de tolerante, cosa que no consigue por mucho que revista de suavidad palabras y modos.
Acto último: la despedida. El encuentro toca a su fin. El papa se va en el papamóvil camino del aeropuerto. Pero antes de irse quiere pasar por la calle colón y parte del centro para ver parte de la ciudad que no ha visto, saltándose una vez más lo programado. Es un out-sider desos según los comentaristas. Baja la ventanilla del vehículo, hecho que los narradores asombrados interpretan como otra prueba más de la cercanía de este papa, para estar más próximo al populacho que le aclama. Sin embargo no interpretan que la calle colón es un auténtico fortín seguramente petada de francotiradores en las azoteas.
Finalmente decir que si hay una palabra que pueda englobar, definir lo que ha sido el encuentro y su seguimiento mediático prácticamente inseparable del mismo, esa es: grotesco. Que según la rae significa: 1. adj. Ridículo y extravagante.

P.D.: si has llegado al final de este impresionante tocho mi enhorabuena por el aguante.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

De pe a pa me lo he leído. Enhorabuena por el reporte. Detallado, crítico, mordaz, divertido y lúcido.
Comparto tu punto de vista.

Anónimo dijo...

¡Bravo! Perdón por comentar un post de hace dos meses, pero no he podido evitar leerlo del tirón y decirte que me ha encantado. ¡Algo bueno tenía que salir de todo aquel esperpento y qué mejor que esto! Me ha parecido sublime lo del Papa-niño viendo el espectáculo desde la butaquita.

aspirante dijo...

No me importa cuando se comenten los posts, el caso es que se comenten. Si no el blog no tendría sentido, se quedaría cojo. Mi blog no es muy comentado pero los pocos que dejáis algo sois un tesoro, sin ponerme ñoño, porque me anima a escribir más. Da gusto ver que se provoca algún tipo de reacción en los demás.
Me alegro de que os haya gustado.
salu2

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con Rafa, me ha encantado.
Agrego tu blog en favoritos y te iré haciendo alguna visita.